miércoles, 11 de marzo de 2015

Perturbadora la poesía de Cristina Castello, por Por Françoise Urban-Menninger

Orage/Tempestad, poemas de Cristina Castello
©e-litterature.net

En el magnífico frontispicio que dedica a Cristina Castello, Antonio Gamoneda escoge algunos versos de la autora y los mezcla con su propia palabra para restituirnos todo lo suntuoso de esta mujer poeta cuyos cuerpo y alma se funden con sus textos: «Eres un alma vestida de silencio y celebras el fuego porque estás ebria de luz / y un motín de violines incesantes se desprende de ti».

         Siguen a este vibrante homenaje, el prefacio de Thiago de Mello y una nota del traductor y poeta Pedro Vianna. Desde el principio, Thiago de Mello coloca a Cristina Castello en la misma estirpe de Neruda, Borges, Storni y otros muchos. De ella, dice que«es inventora de una lengua poética hecha de perturbadoras metáforas» que «fundan la verdad como Hölderlin nos enseñó».
         Perturbadora es, por cierto, la poesía de Cristina Castello. Mucho más que eso, su grito parece sobrepasar el poema para apoderarse de nosotros en carne viva; en cuerpo y alma, porque para la autora la poesía es una resistencia última a la inercia de un mundo que perdió todos los valores y todas las referencias. «¿Por qué mis ojos miran los adentros?» pregunta la autora, y afirma luego: «Resistiré armada en poesía».
         Argentina por su nacimiento pero parisina de por amor, como le gusta presentarse, Cristina Castello es una mujer comprometida que escribió miles de artículos para denunciar las injusticias, la barbarie, los genocidios…
         De esta manera en su poema «Tinieblas», Cristina vuelve al Golpe de Estado genocida en Argentina en 1976 responsable del asesinato de 30 000 personas. «Cómo cerrar con mis labios los suplicios/Cómo vivificar los muertos en su alba / Cómo palpitar en los párpados de la paz».
Las imágenes irradian belleza, el horror quema las palabras e incendia los sentidos; la potencia de esta poesía atiza el pensamiento. Cristina Castello despierta las conciencias  atontadas o indiferentes, profiriendo sus versos cual anatemas «Es una danza macabra este planeta».
Pero si la autora es una loba que aúlla, también es portadora de un mensaje de esperanza: «El amor rebautiza el mundo» o en este último verso que termina admirablemente el poemario, profetiza clamando: «La esperanza es una encrucijada».
Leer a Cristina Castello es una urgencia literaria absoluta porque en su poesía se oye llorar el alma del mundo, sangrar el corazón de la tierra, cantar el espíritu desde lo alto de las cumbres. Orage es un manantial de luz en que el alma y los sentidos encontrarán donde abrevar la sed y regenerarse en una cotidianeidad en el cual la creación queda hoy muy a menudo a media asta o desprovista de inspiración.

Libro editado por Ediciones BoD con un frontispicio de Antonio Gamoneda y un prefacio de Thiago de Mello.
25 de enero de 2010
Traducción del francés: Denise Peyroche
Foto: Ramón Puga Lareo

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